Historia de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social: un legado de compromiso educativo y comunitario

Con el inicio de un nuevo ciclo lectivo, no solo se renuevan las expectativas y los desafíos en el ámbito educativo, sino que también es una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y las instituciones que han marcado la diferencia en la educación. En este contexto, la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social representa un legado de compromiso con la inclusión, la equidad y el bienestar de las comunidades educativas. 

El 6 de agosto de 1949 marcó un hito en la educación bonaerense con la creación de la Dirección de Psicología Educativa y Orientación Profesional, impulsada por el gobernador Domingo Mercante y el ministro de Educación Julio César Avanza. Nacida bajo el Decreto 16.736, esta entidad respondió a la necesidad de abordar las realidades socio-psico-educativas de las comunidades escolares desde una perspectiva integral y transformadora. Su propósito fue claro: intervenir en las dificultades que obstaculizaban el aprendizaje y la convivencia, para generar soluciones que mejoraran la educación y su contexto social.

A lo largo de su historia, esta dirección ha sido un pilar fundamental en el acompañamiento de estudiantes, docentes y familias, promoviendo estrategias de intervención pedagógica y psicológica que fortalecen los lazos entre la escuela y la sociedad. Su evolución refleja el esfuerzo por construir una educación más humana y accesible, donde cada estudiante encuentre un espacio para aprender y crecer.

Historia de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social: un legado de compromiso educativo y comunitario

Los primeros pasos: una estructura pionera

En sus inicios, la Dirección se centró en la escuela primaria y se estructuró en dos departamentos: Orientación Vocacional y Profesional, y Psicología Educacional. Equipos interdisciplinarios conformados por docentes y visitadoras de higiene escolar realizaban diagnósticos, investigaciones y asesoramiento docente. Este modelo, único en su época, contó con una formación técnica respaldada por una comisión integrada por los ministerios de Educación, Salud y Asistencia Social.

Crecimiento y desafíos

En 1950, mediante la Resolución 4.933, se crearon filiales en distintos puntos de la provincia, consolidando su presencia territorial. Años después, en 1953, ingresaron los Asistentes Educacionales para brindar asesoría médica y se implementaron nuevas áreas, como la Clínica de la Conducta. Sin embargo, los cambios políticos de 1955 llevaron a una reducción de sus funciones, enfocándose exclusivamente en la orientación profesional.

El primer reglamento interno, aprobado en 1956, amplió las incumbencias hacia la intervención psicopedagógica y marcó un avance significativo con la creación de grados "A". Durante la década de 1960, los equipos crecieron, integrando nuevas disciplinas como la psicología, la sociología y la fonoaudiología, y se fortalecieron los vínculos con servicios hospitalarios y sociales.
 

Los Centros Educativos Complementarios: una innovación educativa

En 1963, la Dirección fundó su primera institución propia, un centro asistencial que se convertiría en el antecedente de los Centros Educativos Complementarios (CEC). Estos espacios, fundamentales en la estructura de la modalidad, comenzaron a multiplicarse en distritos como Arrecifes, Quilmes y Pergamino, redefiniendo sus funciones hasta consolidarse como herramientas clave para el desarrollo educativo y social.
 

Resistencia y resiliencia en tiempos difíciles

La llegada de la dictadura en 1976 significó un retroceso. Se desmantelaron equipos y se redujeron recursos, imponiendo un enfoque individualista que responsabilizaba a estudiantes y familias de las problemáticas educativas. Sin embargo, los equipos resistieron, nutriéndose de teorías de autores como Pichon-Rivière y Paulo Freire, que contrastaban con las directrices oficiales.

Con el retorno de la democracia en 1983, la Dirección retomó su enfoque comunitario y participativo. El Congreso Pedagógico impulsó un modelo educativo crítico e inclusivo, fortaleciendo la creación de instituciones y proyectos interdisciplinarios.

 

Un cambio de paradigma: el enfoque de derechos

La promulgación de la Ley de Educación Nacional 26.206 y la Ley Provincial 13.688 en la primera década del siglo XXI marcó un punto de inflexión. La modalidad pasó a denominarse Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social, reflejando un cambio hacia un enfoque de derechos y educación inclusiva. Este nuevo paradigma se tradujo en prácticas participativas, prevención de conflictos y promoción de la convivencia.

Durante este período, se desarrollaron herramientas como la Guía de Orientación para la Intervención en Situaciones de Conflicto y Vulneración de Derechos y se consolidaron estructuras como los Equipos Distritales y los Equipos de Inclusión.
 

Un orgullo bonaerense

Hoy, la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social es única en la República Argentina, con una estructura que abarca todos los niveles educativos y modalidades. Sus más de 17.000 profesionales y 2277 puestos en los CEC trabajan con un enfoque preventivo, interdisciplinario y comunitario.

Los Centros Educativos Complementarios, en particular, representan un legado de inclusión y transformación que continúa creciendo, reafirmando el compromiso de la provincia de Buenos Aires con una educación que humaniza, integra y promueve los derechos de todos sus habitantes.